lunes, 22 de enero de 2007

Nadie es perfecto



Anuncios que promueven las operaciones estéticas, programas que las realizan gratuitamente y a las vista de todos. ¿Cómo saber si una persona necesita hacerse un "arreglo" o en realidad esa necesidad no sea más que un producto de su entorno social?
Es importante saber diferenciar lo que es estéticamente necesario de lo que son simples aventuras corporales, porque son muchas las personas que de verdad se acomplejan físicamente, y no creáis que son sólo tonterías.
Hoy me gustaría hablar de los complejos, que afectan a una gran mayoría de la sociedad.

Desde la psicología, los complejos se entienden como un conjunto de creencias distorsionadas sobre el cuerpo, el aspecto físico, las habilidades o las frustraciones de uno mismo.
Las personas acomplejadas se angustian con esos pensamientos irracionales tanto que son capaces de realizar exageraciones extremas de sus diferencias físicas o habilidades intelectuales.

Más de una vez habréis escuchado aquello de que "si estás todo el tiempo pensando que te vas a tropezar y te vas a caer, al final te caerás". Pues es completamente cierto. Los pensamientos del tipo "yo soy el rey del mambo" hacen a la persona engreída lo mismo que "yo soy bajo" a la acomplejada. Incluso la forma en la que cruelmente se ven las personas acomplejadas pueden provocar que el resto nos vean de la misma manera.

En los inicios de la psicología, concretamente en la orientación dinámica (psicoanálisis), Freud, Adler y Jung utilizaron los complejos para intentar explicar las conductas e intentar entender la manera de ser de las personas; es por eso que los conceptos todavía se utilizan.

En la psicología actual, cuando se quiere describir a un individuo, se habla de rasgos de personalidad y de trastornos de personalidad. El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad se puede comparar con el complejo de culpa: la persona quiere cumplir con todo, se preocupa por los detalles y le cuesta tomar decisiones, es extremadamente perfeccionista.
El trastorno narcisista de la personalidad se puede comparar con el complejo de superioridad: la persona necesita llamar la atención y que se le reconozcan sus méritos, no se preocupa por los sentimientos de los otros y es explotador.

El trastorno de la personalidad por dependencia se puede comparar con el complejo de inferioridad, en el que la persona tiene miedo a quedarse sola y no dice su opinión por miedo al rechazo. A este tipo de persona, las críticas le afectan exageradamente y para tomar una decisión necesita pedir consejo a los demás.

Cuándo las preocupaciones van dirigidas a algún defecto en el aspecto físico, en psicología se habla de trastorno dismórfico corporal, etiqueta que describe a aquellas personas que se preocupan exageradamente por la forma, la medida o la simetría de la nariz, los ojos, la boca, los genitales, los pechos, el culo ...Las personas que sufren este trastorno pueden llegar a pasar horas comprobando su defecto, dejar de ir al trabajo o a la escuela, pasarse el día pidiendo a los otros información tranquilizadora, intentar esconder su defecto ...

Como podéis observar son patologías que pueden provocar verdaderas crisis en las personas que las sufren, por eso me gustaría advertir de que esta serie de problemas, aunque puedan ser inherentes a las que los padecen, en realidad son inducidas por los actores sociales que constantemente, y cada vez más, nos obligan a ser perfectos. Y es que amigos:
"Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien".
William Shakespeare

1 comentario:

joshybauer dijo...

Yo de lo único que me operaria seria de la cabeza... para ser super listo...jeje
de lo demas no me quejo, sólo a solas conmigo mismo,je
venga,muxus