lunes, 4 de diciembre de 2006

La felicidad del sexo



Séneca, en "Sobre el placer y la felicidad"(capítulo 6) dice: " Es feliz el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida. Los mismos que dijeron que el sumo bien es el placer, ven en qué mal lugar lo habían puesto. Por eso niegan que se pueda separar el placer de la virtud, y dicen que nadie puede vivir honestamente sin gozo, ni gozosamente sin vivir también con honestidad. No veo cómo pueden cinciliarse estas cosas tan diversas. ¿Por qué, decidme, no puede separarse el placer de la virtud?".


Esta introducción, que quizá penseis tenga poco que ver con el tema del que os hablo a continuación, viene a cuento de una pequeña reflexión sobre la importancia de la sexualidad en nuestra búsqueda de la felicidad. Al experimentar placer tendemos a ser más felices. Estamos más receptivos y mucho más agradables en el trato con los otros.
Y coincidiremos en que el sexo es una de las formas más sanas y satisfactorias de obtener placer. Sin embargo sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad a pesar de la nueva concepción de la sexualidad y la adaptación a los nuevos modelos de relaciones.

"Nadie puede vivir honestamente sin gozo".
Sexualmente existen una serie de disciplinas que se ocupan de convertir la práctica sexual en una especie de espiritualidad, como por ejemplo el sexo Tántrico o el Taoísta
. Según estas prácticas la ausencia de placer es lo que trae sufrimiento.
Yo no exageraría tanto( por lo del sufrimiento) pero creo que la privación del placer corporal repercute en el estado de ánimo de las personas. Incluso me atrevo a decir que l
a sexualidad mantiene una estrecha relación con la salud.

Aún así, el goce del sexo no es conocido por todo el mundo, bien porque siguen existiendo muchos prejuicios en torno al tema o bien por circunstancias personales que no permiten disfrutarlo. No obstante, eliminando estos obstáculos el placer sexual puede llegar a convertirse en algo indescriptible que, además, nos beneficie emocionalmente.

No podemos negar que unas buenas relaciones sexuales potencian la estabilidad en pareja. Y para que éstas sucendan hay una serie de condiciones que se hacen indispensables para lograr esa ansiada felicidad. Intimidad, confianza, afecto, complicidad, respeto; y algo que también tiene su peso en las relaciones sexuales: intensidad. Todos estos factores unidos propiciarían el placer ese placer del que no podemos desprendernos. Y podría añadir que el sexo apasionado dentro de una relación responsable da como resultado una infinita felicidad.

¿Qué os parece? Es hora ya de apartar prejuicios y miedos y experimentar esa felicidad tan sana que proporciona el sexo.


(Quiero dejar claro que en toda la entrada hablo desde el amor )

1 comentario:

Subversados dijo...

"¿Por qué lo llaman amor, cuando quieren decir sexo?"
Groucho Marx